sábado, 17 de diciembre de 2011

Álbum gatuno

                     Aquí podéis mostrar vuestras fotos. Animáos a dejar vuestra huella en el blog!




Torre Argentina, el Santuario de los Gatos.


Este verano tuve la oportunidad de visitar Roma y conocer el refugio de gatos, situado entre unas ruinas que son consideradas tesoro arqueológico y datan del año 400-300 a. C.En él, Julio César fue apuñalado por su rival Brutus.


Este refugio fue creado por dos mujeres, Lia Dequel y Silvia Viviani, para dar cobijo y ofrecer una vida digna a aquellos gatos que son callejeros, han sido abandonados o están enfermos.

La mayoría de estos  de Torre Argentina han sido víctima del maltrato y el abandono. Por ello, el refugio tiene tres premisas de acción:
  • una política no eutanásica que se rige por la premisa de que todo gato ingresado tiene el derecho a vivir su vida lejos del abandono y el maltrato; incluidos los gatos que -por razón de esta crueldad humana- han quedado discapacitados: gatos ciegos, mancos o sin una pierna. Solamente se dispensa la eutanasia humanitaria cuando un gato llegue en un estado demasiado lamentable: severamente accidentado o maltratado, o cuando sea portador de leucemia felina. No obstante, si ingresa un gato infectado con el sida Felino eso no es impedimento para que su vida sea normal, pues se le dispensan los cuidados adecuados.
  • la esterilización de machos y hembras es obligatoria. La sobrepoblación de animales es la principal causante de los abandonos y las vidas miserables que llevan los animales en la calle, por lo que solamente mediante la esterilización éstos podrán ser controlados. Sólo el año pasado, el refugio de Torre Argentina hizo posible la esterilización de 2 mil gatos.
  • Asimismo, todos los gatos son adoptables, incluso los discapacitados y enfermos crónicos, por lo que se pone especial énfasis en la adopción responsable de parte de los ciudadanos del mundo: los gatos de Torre Argentina han sido -y siguen siendo- adoptados por ciudadanos de cualquier nacionalidad.

jueves, 15 de diciembre de 2011

Historia de los Gatos

"Un hijo de los dioses"

El primer gato doméstico aparece en Egipto, hacia el año 2200 a.C. Es el compañero del hombre, que lo utiliza para luchar contra las ratas, ratones y serpientes.
Los egipcios respetaban profundamente a los gatos. Cualquiera que matara o hiriera a uno de ellos se exponía a la pena de muerte.
En el año 525 a. C., el rey de Persia, Cambises, enemigo de los egipcios, ideó una ingeniosa estratagema. En el momento de dar el asalto al puerto de Pelusa, defendido por el ejército egipcio, dispuso unos gatos en la primera fila de sus tropas. Los egipcios se rindieron sin luchar, para no arriesgarse a matar ni un solo gato. Los egipcios consideraban a sus compañeros de todos los momentos como verdaderos dioses. Creían que la diosa Isis se había transformado en gata para escapar de los asesinos de su esposo Anubis, dios de los muertos.
Los egipcios adoraban asimismo a la diosa Bastet, a la que representaban como una mujer alta y delgada con cabeza de gato. La diosa iba acompañada de una camada de gatitos a los que llevaba en una cesta o que permanecían a sus pies. Cada año se celebraba en la ciudad de Berbastis una ceremonia durante la cual los egipcios transportaban en barca la estatua de Bastet y sacrificaban prisioneros en su honor. En aquella época, cada familia tenía uno o varios gatos. Cuando moría uno de ellos, todos los miembros de la familia se afeitaban las cejas en señal de duelo. Para mostrar su pena, se daban golpes en el pecho, gimiendo. Después el dueño de la casa envolvía el cuerpo del gato en una sábana y lo llevaba al embalsamador. Éste perfumaba al gato muerto, lo ceñía con vendajes de colores y depositaba la momia en una caja de madera, incrustada de piedras preciosas. Por último la familia, seguida de un cortejo fúnebre, llevaba el féretro hasta el cementerio, en el que estaban enterrados todos los gatos. En la ciudad de Beni Hassan se encontró un cementerio que contenía más de 300.000 momias.


"La hogueras de San Juan".

Adorados en tiempos de los faraones, los gatos fueron maltratados durante toda la Edad Media. Se acusaba a los gatos atrigados y a los gatos negros de tener pactos con el diablo. La gente supersticiosa estaba incluso convencida de que las brujas se transformaban en gatos para cometer sus fechorías. En Francia cada año, cientos de gatos eran quemados vivos en unas gigantescas hogueras. Esa cruel costumbre duró  hasta el siglo XVII.